Jéssica Pincay fue diagnosticada con diabetes hace 13 años y, desde hace 10, vive con un solo riñón. Para ella suspender la insulina no es una alternativa, es un medicamento que marca la diferencia entre la vida y la muerte.
“Esta es la insulina que yo uso (muestra un frasquito), el costo es de veinte dólares, también tengo que usar las jeringuillas, las cuales están a tres dólares cincuenta, (…) lo cual a veces es duro, es difícil, mi esposo ya es una persona de setenta años”, enfatizó.
Su caso no es aislado. En Ecuador, 552.800 adultos viven con diabetes, según la Federación Internacional de Diabetes (FID). En Guayaquil, la Red Municipal de Salud ha brindado 53.600 atenciones a 33.467 pacientes diabéticos en lo que va del año; 1.579 requieren tratamientos continuos como la insulina.
En el Hospital Municipal Bicentenario se ofrece asesoría nutricional y terapia física para mejorar la calidad de vida de pacientes con distintas patologías. A estas terapias asiste María Velasco, quien padece diabetes desde hace seis años y necesita incluso el doble de dosis que Jéssica.
Ambas coinciden en que sus recursos son insuficientes para cubrir el tratamiento y que la escasez de insulina en la red estatal complica todavía más su realidad.
“Nosotros nos sentimos impotentes, bien mal, necesitamos este frasquito que se llama insulina, yo uso treinta y cinco (ml) en la mañana y treinta y cinco en la noche (…) me preguntarán ¿cuánto cuesta? De veinte a veinticinco dólares, son dos frasquitos de estos al mes (…) pongámosle cincuenta dólares al mes, ahorita en esta situación, no hay”, resaltó Velasco.
Ante este panorama, la Alcaldía de Guayaquil, en un intento por aliviar la situación de este grupo vulnerable, exploró recientemente la importación directa de insulina. Sin embargo, el 24 de noviembre pasado el SERCOP, entidad que regula las compras públicas, negó el trámite, dejando en incertidumbre a quienes dependen de este medicamento.
Pacientes como Jéssica, María y cientos de familias no entienden cómo los procesos gubernamentales pueden frenar su acceso a un tratamiento indispensable y cada vez más difícil de costear.
El Municipio, liderada por el alcalde Aquiles Alvarez, mantiene su compromiso de buscar opciones que permitan adquirir insulina y otros medicamentos a menor precio y así mejorar la calidad de vida de los guayaquileños que más lo necesitan.
