Una de las tradiciones más queridas de Guayaquil vuelve a cobrar vida en estas fiestas julianas: los paseos en bote por el Malecón del Salado, una experiencia que se remonta a los años 50 y que sigue vigente como un plan ideal para disfrutar en familia o con amigos.
El muelle del Estero se prepara con alegría para recibir a turistas nacionales y extranjeros que buscan una actividad diferente, recreativa y en contacto directo con la naturaleza. Desde la entrada ubicada en la calle Ismael Pérez Pazmiño y calle Aguirre, los visitantes pueden embarcarse en un recorrido escénico, rodeado de vegetación, aire puro y una vista singular del paisaje urbano.
Las embarcaciones, con capacidad para 4 a 5 personas y equipadas con parasoles, son operadas por personal capacitado que guía cada recorrido bajo estrictas medidas de seguridad. Se entrega chalecos salvavidas y se brinda asistencia a quienes no tienen experiencia en el remo. Los paseos tienen un costo accesible de USD 1 por persona y están disponibles todos los sábados, domingos y feriados, de 10h00 a 18h00. El recorrido, que dura aproximadamente 30 minutos, se extiende hasta el puente 5 de junio.
Franklin Fernández, uno de los usuarios que revivió la experiencia, compartió su emoción: “Desde el tiempo de colegio que estudiaba cerca, venía a remar con mis compañeros y amigos. Ahora vengo a recordar viejos momentos. Es una tradición guayaquileña. Este paseo fue grandioso y maravilloso recordar. A todos que vengan y que no se lo pierdan”.
Niños, jóvenes y adultos mayores son bienvenidos a remar y reconectar con esta tradición que forma parte del alma de la ciudad. Más que un paseo, es una forma de reencontrarse con la historia, la naturaleza y la esencia de Guayaquil.