Cada 10 de diciembre, el mundo recuerda un hito histórico: la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos por la Asamblea General de la ONU en 1948. Este documento se convirtió en un pilar de las constituciones de numerosos países y, en Guayaquil, guía fundamental de la gestión del alcalde Aquiles Alvarez, cuya administración pone en práctica los principios de dignidad, igualdad y derechos universales en acciones concretas que transforman la vida de sus habitantes.
El primer artículo establece que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y que, dotados de razón y conciencia, deben actuar de manera fraterna entre sí”. Devolver dignidad a las personas es precisamente el fundamento del trabajo de esta administración, un compromiso que se refleja en múltiples iniciativas con impacto real en la comunidad.
En servicios básicos, la ejecución del Quinto Acueducto permitirá que más de 400.000 habitantes del noroeste de Guayaquil accedan a agua potable, un recurso vital que mejora la salud, la calidad de vida y las oportunidades de desarrollo.
En salud, la administración ha ofrecido 2,2 millones de atenciones médicas a 1,4 millones de pacientes en 55 establecimientos durante 30 meses, fortaleciendo la red de atención municipal y garantizando que la salud sea un derecho accesible para todos.
La educación también ha sido un eje prioritario. El programa “Edúcate Guayaquil”, que entrega textos escolares gratuitos y de calidad, ha beneficiado a más de 150.000 estudiantes de escasos recursos, asegurando igualdad de oportunidades y fomentando el desarrollo integral de la niñez y juventud de la ciudad.
En el ámbito de obra pública, se han intervenido 1.354 kilómetros de vías, junto con la construcción de pasos elevados y peatonales, anillos viales, parques, pintura de parterres y renovación de la iluminación. Estas obras no solo mejoran la movilidad y la seguridad, sino que elevan la calidad de vida de miles de ciudadanos y fortalecen el espacio urbano.
Además, la gestión municipal ha reforzado el acceso a servicios para grupos vulnerables, incluyendo personas con discapacidad, adultos mayores y personas en situación de movilidad. Todos los ejes de acción de la ciudad se han alineado para colocar la dignidad del ser humano en el centro de la gestión pública.
Con estas acciones, Guayaquil demuestra que honrar los derechos humanos no es solo un acto simbólico, sino una práctica tangible que impacta directamente en la vida diaria de sus habitantes, reafirmando el compromiso de la ciudad con la igualdad, la justicia y la fraternidad.
