La Catedral Metropolitana de Guayaquil fue escenario, este sábado 20 de diciembre, de la solemne consagración episcopal de Monseñor John Kwamevi Cudjoe, SVD, como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Guayaquil. La ceremonia contó con la presencia del alcalde Aquiles Alvarez, autoridades eclesiásticas, civiles y numerosos fieles.
El nombramiento de Monseñor Cudjoe fue anunciado por el Papa León XIV el pasado 11 de noviembre, designándolo además como titular de la sede de Calama.
Durante su discurso de acción de gracias, el nuevo obispo reconoció que la ordenación lo tomó en “shock”, decisión que aceptó al percibir “tanto cariño de Guayaquil”. De manera especial, dirigió palabras al personero municipal: “Estimado señor Alcalde, gracias por estar aquí con su equipo, Guayaquil valiente, Guayaquil es solidario, Guayaquil es generoso y cuanto pienso en tanta manifestación de fe de nuestro pueblo, tantas confesiones, tantas eucaristías, tanta entrega a la devoción, cómo no servir a este pueblo”.
Por su parte, el alcalde Aquiles Alvarez destacó la trayectoria pastoral del ahora obispo auxiliar, en especial su trabajo en sectores vulnerables: “Entregando con todo su cariño el trabajo en un día a día en sectores donde lo que más se necesita es a Dios”. Asimismo, agradeció la invitación y resaltó el valor espiritual del acto: “Es una bendición para mí estar aquí, más aún en estas fechas especiales donde todos tenemos que reencontrarnos con Dios (…) el Muy Ilustre Municipio de Guayaquil saluda y felicita al Monseñor John Kwamevi Cudjoe”.
Monseñor Cudjoe, nacido en Ghana en 1975 y miembro de la Congregación de los Misioneros del Verbo Divino, ha desarrollado una amplia labor pastoral en Ecuador desde su llegada en 2005, especialmente en sectores populares como el Guasmo Sur y Monte Sinaí.
Su trayectoria incluye estudios realizados en Ghana, un doctorado en Psicología y Consejería, y el desempeño de diversos roles como párroco, profesor de teología, superior provincial de su congregación y capellán en centros de rehabilitación, consolidando su compromiso con los más necesitados.
La ceremonia reflejó la unión entre la fe y la comunidad guayaquileña, en una jornada marcada por la espiritualidad y la participación ciudadana.
