Este 31 de julio, el Faro Mirador del cerro Santa Ana celebrará 23 años de haber sido inaugurado, consolidándose como uno de los puntos turísticos más emblemáticos y fotografiados de Guayaquil. Desde su cima, a 85,90 metros sobre el nivel del mar, se aprecia una vista panorámica de 360 grados que abarca la ciudad, parte de Samborondón, Durán, la isla Santay y, por las noches, las luces del centro urbano de Chongón.
Aunque en ese sitio nunca existió un faro históricamente, su diseño rinde homenaje al primero del país, construido en 1841 en la isla Santa Clara —también conocida como isla del Muerto—, cuya luz fue clave para prevenir naufragios en el Golfo de Guayaquil.
La obra, desarrollada por la Fundación Guayaquil Siglo XXI, fue ejecutada por el ingeniero José María Fuentes Cabezas. La construcción inició el 15 de abril y fue entregada el 15 de julio, para ser inaugurada oficialmente el 31 de julio de 2002, con una inversión de USD 100.059,71.
La torre se levanta sobre una base de 6 metros de diámetro y alcanza una altura de 18,75 metros. Su exterior, con franjas diagonales celestes y blancas, encierra una escalera de caracol que guía al visitante hacia el mirador, pasando por elementos como un mapamundi y un mapa del mar territorial ecuatoriano con la ubicación de los faros en la costa continental e insular. Una veleta corona la linterna e indica los puntos cardinales.
A 38 metros se encuentra una capilla levantada en el sitio donde, en 1590, estuvo la primera Iglesia Matriz de Guayaquil. El espacio entre ambas edificaciones será el escenario de la sesión solemne del 25 de julio que realizará el Concejo Cantonal en conmemoración de los 490 años de fundación de la ciudad.