Mejorar la calidad de vida de un millón y medio de ciudadanos es el propósito de la nueva Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Los Merinos.
Al pie de la autopista Narcisa de Jesús funcionan las piscinas de oxidación que reciben las aguas servidas del norte de la ciudad. En el mismo lugar 400 trabajadores construyen la nueva planta.
“El propósito es mejorar la calidad del agua residual que genera la ciudad de Guayaquil, para luego de tratarla poder enviarla hacia el río”, señaló Nela León, directora de la Unidad Ejecutora de Proyectos Multilaterales de Emapag.
La obra cuenta con avances del 43%, está valorada en USD 165 millones, cuenta con financiamiento del Banco Mundial y deberá empezar a funcionar en noviembre de 2025. Esta obra, cuando arrancó el periodo del Alcalde Aquiles Alvarez en mayo pasado, tenía apenas un 13,81%.
La constructora Acciona, de origen español, con obras en 61 países aplica un plan de vinculación con la comunidad que incluyen: reuniones periódicas con los vecinos para informar sobre los avances del proyecto, facilidades para que el bar del campamento se nutra con alimentos frescos preparados por moradores, entre otras acciones.
Asegurar el tratamiento de las aguas servidas del norte de Guayaquil hasta el 2040 es uno de los grandes propósitos de esta planta que cuenta con las técnicas más modernas para este tipo de servicios.
León explicó que esta inversión demuestra el liderazgo de Guayaquil como la primera ciudad de Ecuador en contar con 2 plantas de tratamiento para aguas residuales. La primera es Las Exclusas, que funciona en el sur de la ciudad.
Con el crédito internacional también se instalan equipos de mayor poder en la Estación de Bombeo Progreso ubicada en la avenida Pedro Menéndez Gilbert.