En el corazón del barrio del Astillero, en las calles Eloy Alfaro y Argentina, se encuentra la Biblioteca y Librería Sofía, un espacio municipal que combina lectura, intercambio y servicio comunitario. Creada hace seis años, ofrece dos tipos de literatura: de referencia (a través de enciclopedias y colecciones especializadas) y recreativa, destinada a jóvenes, niños y adultos mayores.
El arquitecto Melvin Hoyos Galarza, asesor cultural del Municipio de Guayaquil, destacó el valor patrimonial del edificio que alberga esta biblioteca. Diseñado por Francesco Maccaferri (el mismo arquitecto del Palacio Municipal) e inaugurado en 1931, originalmente funcionó como baños públicos para los obreros del antiguo barrio industrial, antes de transformarse en un espacio cultural activo y acogedor.
“Tenemos registrados más 1.200 clientes fijos, es un listado de personas que han hecho uso, desde el nacimiento de la biblioteca, constantemente y que se ha convertido en una suerte de (…) benefactores de la librería, en vista de que, a más de llevarse libros, terminaron trayendo los libros de su casa. Es esta librería biblioteca, nosotros estamos recibiendo más de lo que damos”, comentó Hoyos.
La Biblioteca Sofía ha recibido importantes donaciones, como la biblioteca personal del expresidente Alfredo Palacios, compuesta por volúmenes de medicina y literatura. Además, organiza charlas sobre historia local y actividades para niños, especialmente para los infantes que acuden a hospitales cercanos. La atención es de lunes a viernes, de 09h00 a 17h00, de manera continua, incluso a medio día.
Este 24 de octubre, en el marco del Día de las Bibliotecas, el Municipio de Guayaquil reafirma su compromiso con la preservación de la historia de la ciudad. Las bibliotecas municipales son pilares fundamentales de la política cantonal de fomento al libro y la lectura, promoviendo el acceso al conocimiento y fortaleciendo los lazos comunitarios.