Con más de 300 años de historia, la Plaza San Francisco se consolida como uno de los espacios patrimoniales más representativos de Guayaquil. Su evolución, reflejada en planos, monumentos y registros fotográficos, da cuenta de su papel protagónico en la vida urbana, social y cultural de la ciudad desde la época colonial hasta la actualidad.
Su nombre original proviene de la iglesia y el convento de la congregación franciscana, edificaciones que también dieron identidad a la antigua calle San Francisco, hoy avenida 9 de Octubre. Así lo confirman planos históricos de 1740 y 1858, que evidencian la estrecha relación entre este espacio y el desarrollo urbano inicial de la ciudad.
Desde sus orígenes, la plaza cumplió un rol central en la vida de los guayaquileños. Esa relevancia motivó que allí se erigiera el primer monumento de la ciudad, dedicado a Vicente Rocafuerte, primer presidente de la República del Ecuador, inaugurado el 1 de enero de 1880. A partir de ese momento, el lugar pasó a denominarse Plaza Rocafuerte.
Una fotografía tomada tras el gran incendio que devastó Guayaquil a inicios de octubre de 1896 muestra el monumento y la pileta completamente intactos. Aunque gran parte de la ciudad quedó reducida a cenizas, este espacio no solo fue respetado, sino que se convirtió en uno de los ejes desde los cuales se impulsó la reconstrucción urbana.
Trece años después, una imagen publicada en la Guía del Ecuador de 1909 vuelve a mostrar la iglesia en pie. En ese entonces, la plaza acogía el servicio de carros a caballo y múltiples actividades cotidianas, reflejando la resiliencia y el dinamismo de la ciudad-puerto a inicios del siglo XX.
Ubicada en la esquina suroeste del boulevard 9 de Octubre y la calle Pedro Carbo, la Plaza San Francisco fue testigo directo del crecimiento urbano, comercial y bancario de Guayaquil. Una fotografía de 1979 registra, en su extremo norte, el inicio de la construcción del edificio San Francisco 300, cuyo nombre rinde homenaje a la memoria histórica del lugar.
Hoy, en 2025, la Plaza San Francisco volverá a abrirse a la ciudad como un espacio para el encuentro, la memoria y la vida cotidiana. En los próximos días será entregada al público, para que familias, vecinos y visitantes disfruten nuevamente de uno de los lugares más queridos del corazón urbano.












