En medio del paro nacional impulsado por grupos indígenas, el alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, destacó la urgencia de mantener canales de diálogo para enfrentar la crisis: “Nunca hay que cerrar la puerta al diálogo”, declaró durante su enlace radial de este miércoles 1 de octubre.
El Burgomaestre señaló que solo mediante conversaciones constructivas se puede superar el conflicto generado por la eliminación del subsidio al diésel. “Hay que sentarse y conversar, pero con violencia, con asesinatos, con represión eso nunca va a parar”, subrayó.
Respecto a los transportistas, advirtió sobre un posible “problema” si el Gobierno incumple las compensaciones prometidas, citando el caso de Cuenca, donde las cooperativas de transporte ya se paralizaron por falta de cumplimiento, y cuestionó: “¿Qué va a pasar en Guayaquil?”.
En ese marco, reafirmó la autonomía de la ciudad, asegurando que no se incrementará el pasaje una vez finalice el periodo de compensaciones. “Son tirados a sabidos y creen que aquí pueden ordenar como que es una hacienda… Guayaquil es autónomo, increíblemente independiente, Guayaquil tiene su alcalde, tiene sus ciudadanos, tiene su Concejo Municipal y no va a subir el pasaje, así pase lo que pase”, acotó.
Alvarez enfatizó que el paro nacional no se limita al tema de los subsidios, sino que responde a una crisis más amplia por la falta de acceso a salud, educación y empleo. “Me duele lo que está viviendo el Ecuador”, expresó, sin posicionarse a favor ni en contra de la medida.
Además, hizo un llamado directo al Presidente de la República: “Tiene que liderar”. Aclaró que no solicita su destitución, pero enfatizó la importancia de dejar los egos a un lado.
Sobre las investigaciones a Diario Expreso, calificó la situación como “una nueva novela” destinada a destruir al medio por “decir verdades”. Mostró su solidaridad con el diario y los canillitas afectados, criticando el allanamiento a estos últimos: “¿Qué corazón es el que nos gobierna en este país?”
Finalmente, sobre una posible Asamblea Constituyente, Alvarez sugirió perfeccionar la Constitución vigente desde 2008, que considera “muy buena”, aunque lamentó que se haya eliminado el nombre de Dios en la Carta Magna. Sin embargo, aclaró que “hoy no es el momento” para instaurar una nueva Constituyente: “debe de darse, pero no es el momento, hoy necesitamos ejecución, necesitamos gestión, liderazgo”.