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Daular concentra inversión, estudios y respaldo internacional para el nuevo aeropuerto

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La construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de Guayaquil en Daular no es una decisión improvisada. Responde a una planificación de más de medio siglo, avalada por organismos internacionales y estudios especializados que han confirmado que este terreno reúne todas las condiciones técnicas, ambientales y de conectividad para convertirse en la principal terminal aérea del país.

 

El proceso inició en 1972, cuando el Gobierno Nacional contrató a consultoras internacionales para identificar las mejores ubicaciones para los aeropuertos de Quito y Guayaquil. Cuatro años después, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo de Naciones Unidas que fija las normas de la aviación mundial, recomendó oficialmente a Daular como el sitio más adecuado. En 1988, el Estado declaró de utilidad pública los terrenos para uso aeroportuario.

 

Esa recomendación fue respaldada por MITRE Corporation, entidad estadounidense reconocida en el campo aeronáutico, que concluyó que el área es idónea desde el punto de vista de aeronavegabilidad.

 

Con el traspaso de competencias al Municipio en el año 2000, la Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil (AAG) ha invertido USD 49 millones en estudios especializados que abarcan clima, seguridad aérea, hidrología, fauna y flora de la zona.

 

Corea del Sur, a través de su Agencia de Promoción de Comercio e Inversión (KOTRA), lidera actualmente nuevos estudios para diseñar la futura ciudad aeroportuaria y un sistema de conexión vial, bajo criterios de sostenibilidad. La cooperación coreana considera a Daular estratégico por su cercanía al Puerto de Posorja.

 

Las razones por las que Daular ha sido escogida reiteradamente son claras:

 

  • Tiene un clima favorable para la aviación, con pocas lluvias y vientos moderados.

  • Está ubicado al nivel del mar, lo que permite a los aviones despegar con mayor carga y alcanzar rutas de largo alcance.

  • Cuenta con 2.017 hectáreas disponibles, suficiente espacio para varias pistas y futuras ampliaciones.

  • Está alejado del centro urbano, lo que reduce el riesgo de accidentes sobre áreas pobladas y minimiza la exposición al ruido.

  • Su cercanía con los puertos de Guayaquil lo convierte en un punto estratégico.

 

Por otro lado, la base militar de Taura no ha sido diseñada para operaciones internacionales de pasajeros y su infraestructura se encuentra deteriorada. Según un estudio de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) publicado en 2016, tanto la pista como los sistemas de navegación y comunicación presentan fallas graves que impiden su uso como aeropuerto internacional.

 

Además, el terreno disponible es de apenas 600 hectáreas frente a las 2.020 de Daular, lo que obligaría a expropiar nuevas tierras. Su acceso depende de vías congestionadas como el Puente de la Unidad Nacional. Incluso si se iniciaran estudios desde cero, se requeriría al menos una década para contar con los resultados que permitan conocer si es factible, esto sin contar el tiempo que tomará la obtención de licencias ambientales, rediseñar la infraestructura y construir los accesos.

 

El contraste es evidente. Daular cuenta con estudios, planificación, licencias e inversión. Taura, en cambio, carece de viabilidad técnica y operativa. Cambiar la ubicación significaría desechar más de 50 años de trabajo y retrasar el desarrollo de Guayaquil y el país.

 

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