Una lluvia de pétalos amarillos, rojos y blancos cayó sobre la imagen del Jesús del Gran Poder al instante en que salió de la iglesia San Francisco, marcando el inicio de la procesión.
Más de mil personas acudieron para demostrar su devoción, agradecimiento y pedir milagros.
La manifestación de fe recorrió las calles Córdova, Alejo Lascano, Lorenzo de Garaicoa, 10 de Agosto y Chimborazo; y, por la avenida 9 de Octubre, retornó hasta su punto de partida.
El Municipio de Guayaquil formó parte del comité organizador de la procesión, a través de la Dirección de Turismo y Eventos Especiales.
La coordinación del tránsito estuvo a cargo de la ATM, mientras que la seguridad fue reforzada por agentes civiles y las cámaras de Segura EP, garantizando así el orden durante todo el recorrido.
Margarita Martínez, quien acudió con su nieta Daniela de 10 años, destacó la organización. “Yo veo que la seguridad está muy bien, están los bomberos, está la Policía, ATM”.
En la procesión, presidida por fray César Morales, párroco de la iglesia Nuestra Señora de los Ángeles, se elevaron plegarias por la paz del país, la salud de los enfermos y la lucidez de los gobernantes.
Lidia Guerrero Álvarez dijo que la procesión la conecta espiritualmente con Dios y con su madre, quien falleció hace 7 años. “Me dejó solita, tengo 72 años. agradezco a Dios que aún me tiene con vida”.
De esta manera, la Alcaldía de Guayaquil promueve que los ciudadanos disfruten de espacios seguros en actividades que no solo refuerzan sus raíces culturales, sino que también convierten a Guayaquil en una Ciudad de Todos.