El Centro Cultural Olmedo será escenario este viernes a las 19h30 de un tributo que marcará la historia de la música ecuatoriana: Héctor Luis Napolitano Galarza, conocido como Viejo Napo, recibirá un reconocimiento por sus 60 años de trayectoria artística. La ceremonia se llevará a cabo en la ex sede del Club de la Unión y coincide con su cumpleaños número 70.
“Lo queremos mucho, usted representa a Guayaquil de pies a cabeza. Es un honor para nosotros y, para mí en lo personal, poder darle este reconocimiento más que merecido”, expresó el alcalde Aquiles Alvarez, durante la entrega oficial del reconocimiento realizada la tarde del jueves por el Burgomaestre.
Nacido en Guayaquil en 1955 y criado en el tradicional Cerro del Carmen, Napolitano ha desarrollado una carrera marcada por creatividad, rebeldía y una producción musical diversa, que ha transitado por géneros como rock, blues, country, jazz, son, guajiras, boleros y pasillos. Su historia frente al público comenzó desde muy joven: con apenas 8 o 9 años apareció por primera vez en televisión, y a los 15 ya formaba parte de la Orquesta La Unión. Posteriormente lideró Los Apóstoles, banda de rock conocida por su estilo provocador y adelantado a su tiempo.
La década de los ochenta abrió nuevas etapas en su carrera. En 1983 se integró a Promesas Temporales, proyecto experimental junto a su hermano Hugo Idrovo, fortaleciendo su faceta de compositor. De esa etapa surgieron álbumes emblemáticos como el de 1986 y Arcabuz (1988), ambos reeditados posteriormente.
Durante los años noventa, Napolitano amplió su horizonte artístico fuera del continente. Tras una temporada en Guápulo, se trasladó a las Islas Galápagos, donde creó Daminaji (1993), Son de Galápagos (1994) e Iguanamen (1995), trabajos que consolidaron su identidad musical. En 1996 regresó a Guayaquil y retomó la creación junto a Idrovo, dando paso a canciones de gran acogida nacional e internacional, como el valse Gringa Loca, incluido en Antología del Encebollado (1997).
Su discografía continuó ampliándose con obras como Cangrejo Criminal y Sancocho de Hueso Blanco, confirmando su capacidad de reinvención constante. Incluso tras enfrentar una cirugía por un tumor cerebral en 2007, Viejo Napo volvió al escenario con la misma fuerza, estrenando en 2016 el tema Sin pan ni Pedazo.
El homenaje de este viernes celebra no solo décadas de carrera, sino la construcción de una parte esencial del sonido contemporáneo ecuatoriano, consolidando a Viejo Napo como un referente indispensable de la música nacional.







