La avenida 9 de Octubre volvió a convertirse en el gran paseo de los guayaquileños. En el marco de las fiestas de Independencia, la trigésima edición de la Feria de Comerciantes Autónomos No Regularizados llenó el centro de la ciudad de color, sabores y creatividad, consolidándose como un espacio de integración y reactivación económica.
Más de 1.000 comerciantes participaron en la jornada, que se extendió desde las 10h00 hasta las 18h00 y convocó a cerca de 3.000 asistentes. Familias, turistas y transeúntes disfrutaron de un recorrido diverso y seguro, donde cada puesto reflejaba el esfuerzo y la historia de quienes día a día construyen el comercio popular de Guayaquil.
El 80% de la feria estuvo destinado a artículos varios: ropa, relojes, bisutería, accesorios y artesanías que captaron la atención por su originalidad y precios accesibles. El 20% restante correspondió a la oferta gastronómica, que deleitó a los visitantes con lo mejor de la cocina ecuatoriana: encebollados, secos de pollo, jugos naturales y otros platos tradicionales que evocaron el sabor del barrio y la memoria familiar.
La música y la danza también tuvieron su espacio. La Banda Municipal de Guayaquil animó el ambiente con un repertorio que despertó orgullo porteño, mientras grupos de danza y artistas invitados llenaron de ritmo y alegría esta celebración que rindió homenaje a la Perla del Pacífico.
Más que una feria, el encuentro se transformó en una fiesta ciudadana. Cada sonrisa, cada venta y cada aplauso reflejaron la capacidad de Guayaquil para generar oportunidades, fortalecer la economía local y promover un desarrollo inclusivo que nace desde sus calles.
Con esta edición, la Feria de Comerciantes Autónomos No Regularizados impulsa el crecimiento económico, fomenta la formalización del comercio y celebra la identidad guayaquileña con arte, sabor y tradición.