Categorías
Ciudadano

205 años de política, tecnología y liderazgo que dejaron huella

Compártelo por:

Ser una ciudad puerto ha permitido a Guayaquil mantener un contacto directo con tendencias políticas, tecnológicas y culturales, así como recibir las riquezas agrícolas de la cuenca del Guayas, lo que fortaleció su músculo económico y generó personas con visión que dejaron una huella imborrable en Ecuador.

 

El 9 de octubre de 1820, Guayaquil se convirtió en la primera ciudad del actual Ecuador en proclamar su Independencia de la monarquía española de Fernando VII. Poco después, organizó la Provincia Libre de Guayaquil y envió la División Protectora de Quito para apoyar la liberación de la ciudad, proceso que culminó con la victoria patriota en las faldas del volcán Pichincha, el 24 de mayo de 1822.

 
Innovación en navegación
 

El 18 de septiembre de 1838, José Rodríguez Labandera, junto a José Quevedo, probó en el río Guayas el submarino Hipopótamo, una gesta reseñada por el semanario El Ecuatoriano del Guayas. Rodríguez Labandera (inventor, mecánico, militar y científico ecuatoriano) construyó el primer submarino de fabricación latinoamericana, consolidando a Guayaquil como cuna de innovaciones técnicas.

 

En 1841, la ciudad reforzó su liderazgo marítimo al botar el “Vapor Guayas”, primer buque a vapor construido en Sudamérica, y al inaugurar el primer faro del Ecuador, el 25 de noviembre en la isla Santa Clara, clave para la navegación en el golfo.

 
Avances en aviación
 

El 4 de noviembre de 1920, el piloto italiano Elia Liut despegó desde Guayaquil en el avión El Telégrafo I y aterrizó en Cuenca, realizando el primer vuelo sobre los Andes ecuatorianos, hazaña respaldada por la Fuerza Aérea Ecuatoriana. A 105 años de este logro, Guayaquil reafirma su papel como cuna de grandes avances tecnológicos y puerta de entrada de los principales progresos culturales del país.

 
Liderazgo en defensa contra incendios
 

El 17 de agosto de 1835, el presidente Vicente Rocafuerte fundó el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil para enfrentar los frecuentes incendios, convirtiéndolo en el más antiguo de Sudamérica. Su liderazgo se sostiene no solo por su trayectoria histórica, sino también porque más del 75% de sus integrantes son voluntarios que se equipan y capacitan con sus propios recursos.

 

Compártelo por:

Noticias Relacionadas