Tras varios años sin aplicarse, el Concejo Municipal de Guayaquil volvió a activar la “silla vacía”, una herramienta constitucional que permite a los ciudadanos intervenir directamente en el debate de los gobiernos locales. La sesión del pasado miércoles marcó un hito en la reactivación de este mecanismo, presidido por la vicealcaldesa Tatiana Coronel.
La “silla vacía”, contemplada en el Art. 101 de la Constitución del Ecuador, garantiza que en las sesiones de los Gobiernos Autónomos Descentralizados se incluya un representante ciudadano para participar en la discusión y en la toma de decisiones sobre uno de los puntos a ser tratados en el Orden del Día de la sesión en la que él haya decidido participar. Su uso había quedado en pausa durante años, pese a ser una herramienta clave para promover transparencia, control social y corresponsabilidad en la gestión pública.
Para viabilizar su correcta implementación, el GAD Municipal de Guayaquil actualizó en 2023 la Ordenanza que Regula el Sistema de Participación Ciudadana, publicada en la Gaceta Oficial N.º 6 del 10 de agosto de ese año. Con esta reforma, se establecieron reglas más claras para permitir que la ciudadanía ocupe este espacio dentro del Cuerpo Edilicio.
En esta ocasión, el presidente del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), Billy Navarrete, reestrenó la “silla vacía” para intervenir en el debate sobre la propuesta de renombrar el parque Coviem como Parque “Los Cuatro Niños de Las Malvinas”. La iniciativa busca reparar simbólicamente la detención y desaparición de cuatro menores, hechos que estremecieron al país el 8 de diciembre de 2024.
El Concejo aprobó la medida por unanimidad, incorporando el voto del licenciado Navarrete a través de la “silla vacía”. La resolución no solo respalda a las familias de las víctimas, sino que envía un mensaje claro: Guayaquil reafirma su compromiso con los derechos humanos y con un modelo de gestión donde la ciudadanía vuelve a tener un asiento, y una voz, en las decisiones públicas.
La reactivación de este mecanismo, después de años de ausencia, marca un paso firme hacia una democracia local más abierta, participativa y consciente de su responsabilidad frente a la memoria y la justicia.









