Con el objetivo de construir una ciudad donde la inclusión se traduzca en hechos concretos, la Municipalidad de Guayaquil, a través de la Dirección de Inclusión Social (DIS), realizó una jornada de socialización dirigida a estudiantes de la Universidad de las Artes y a la ciudadanía en general, para dar a conocer los servicios terapéuticos, sicológicos y educativos para personas con diversas discapacidades.
La actividad se desarrolló en los pasillos del centro de estudios, donde los asistentes recorrieron distintos estands que permitieron conocer los niveles de educación y aprendizaje de manera general. Entre ellos destacó el túnel sensorial, que permitió a los visitantes experimentar por minutos las sensaciones que enfrenta una persona con discapacidad visual en las calles, y el pabellón de actividades diseñado para quienes tienen discapacidad visual en distintos grados.
Un espacio que llamó especialmente la atención fue el área de ajedrez, donde chicos con discapacidad visual y algún grado de autismo competían con el público. En los estands de arte, cultura y escultura, se mostró el trabajo de niños y jóvenes de los centros Valientes, de Audición y Lenguaje y 4 de Enero, quienes reciben distintos tipos de terapias.
El stand de lengua de señas permitió conocer las formas de comunicación de las personas con discapacidad auditiva, y se exhibieron llamativas maquetas de diversos puntos emblemáticos de Guayaquil, elaboradas por alumnos con discapacidad auditiva y con autismo. La jornada incluyó además tres presentaciones artísticas a cargo de los estudiantes de los tres centros.
Amanda Arboleda, directora de Inclusión Social, señaló que la DIS cuenta con espacios para atender todo tipo de discapacidad y que se encuentra en marcha la segunda fase del Registro Social Municipal, que recorre el Suburbio levantando información geolocalizada sobre las condiciones de vida de las personas con discapacidad del cantón.
“Tenemos tres centros: 4 de Enero, de Audición y Lenguaje y Valientes, donde ofrecemos servicios terapéuticos, sicológicos específicos, de escolaridad y de inclusión educativa y programas de autonomía para la vida adulta”, añadió Arboleda.
Rosela Avellaneda, estudiante de la universidad, compartió su experiencia tras visitar los stands: “Permite a los estudiantes nutrirnos y conocer mucho más de aquellas personas que tienen alguna discapacidad, pero todos somos iguales, creo que es una experiencia inolvidable y me parece espectacular”.















