Hace ocho años un grupo de 30 músicos decidió acercar la música académica a la ciudad desde el Teatro Centro de Arte. Esa pequeña agrupación se convirtió en la Orquesta Filarmónica Municipal de Guayaquil, un proyecto cultural que transformó la manera de vivir la música clásica y que hoy se levanta como símbolo de identidad y orgullo para la ciudad.
Su director Manuel Campos Loor recuerda cómo empezó este sueño, respaldado por jóvenes talentos y con recursos propios como atriles, partituras e instrumentos para formar la primera orquesta. “Estuvimos involucrados desde el inicio, con entusiasmo, esfuerzo y hasta aportando recursos. Ese fue el punto de partida para lo que hoy se ha consolidado como una gran familia musical”, señaló.
Con el impulso de la administración del alcalde Aquiles Alvarez, la Filarmónica pasó a integrar el Plan de Política Criminal y Convivencia Ciudadana, donde el arte, la cultura y el deporte se convirtieron en pilares de la reconstrucción del tejido social. Desde entonces, su alcance se multiplicó. Actualmente cuenta con 67 músicos nacionales y extranjeros y en los dos últimos años ha ofrecido 179 conciertos gratuitos en iglesias, hospitales, escuelas, mercados y espacios comunitarios.
El impacto ha sido contundente. En dos años, más de 130.000 personas han vibrado con su música en barrios como Las Peñas, Cristo del Consuelo, Guangala, el Suburbio, la Trinitaria y Portete. “Ese era uno de los retos. Qué hacemos para acercar la orquesta a la ciudadanía. Decidimos crear la Ruta de las Iglesias pues nos permitía acezar a todo el recorrido que podíamos hacer a nivel local de una manera segura donde el público podía disfrutar muy bien la parte sonora de la orquesta. Y ha sido muy satisfactorio”, explicó Campos.
La visión cultural también cambió. “El Alcalde está transformando el tema cultural. Dejamos de ser la cultura para la élite y ahora la cultura es para todo Guayaquil”, afirmó su director.
En estos ocho años la Filarmónica ha reunido a músicos de Egipto, India, Italia, Alemania, Francia, España, Rusia, Armenia, Bielorrusia, México, Brasil y Ecuador, con un repertorio que mezcla obras clásicas universales, piezas latinoamericanas y composiciones contemporáneas de autores nacionales.
Cada presentación reafirma la misión con la que nació. La música es un puente entre el arte y la comunidad, un lenguaje que conecta con la gente y que el Municipio impulsa para que llegue a cada rincón de Guayaquil.