Antes de empezar...
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El desarrollo afectivo, es lo que permite a las personas interactuar y relacionarse con su entorno y enriquecer su aprendizaje. Hay niños que desde su nacimiento presentan dificultades para expresar su afecto, son indiferentes a lo que los rodea y su socialización con el resto de los seres humanos es limitada.
Es posible que biológicamente el niño o niña se haya desarrollado dentro de los parámetros típicos para su edad, pero si no muestran relación afectiva y su comunicación es ausente e impersonal, es una señal de que puede necesitar ayuda.
¿Cómo se desarrolla la afectividad de tu niño o niña?
Observa a tu niño o niña, si presenta algunas de las siguiente señales,
Si es así,
¡consúltalo inmediatamente con un psicólogo rehabilitador!
- Siempre está muy tranquilo, sólo llora cuando tiene hambre y quiere que lo alimenten
- No se arrulla en el regazo de la mamá, no se acomoda en sus brazos
- No indica lo que quiere
- No hay presencia de respuesta social
- Es indiferente con las personas extrañas
- A veces camina de puntillas y no apoya la planta del pie
- Rechaza las caricias de varios de sus familiares cercanos
- No señala con el dedo y mira al adulto para comprobar que éste está también mirando donde él señala
- Se molesta la mayor parte del tiempo, sobretodo, cuando le cambian el orden de sus cosas
- Es excesivamente independiente
- Se golpea la cabeza contra el piso o pared
- Queda ensimismado cuando ve objetos giratorios
- A los 3 años, repite con frecuencia las palabras que utiliza y habla en tercera persona
- Prefiere jugar solo o con objetos giratorios
- Cuando se cae no llora y no busca consuelo
- No ríe con otros
- Pone sus juguetes en fila, girándolos o tirándolos
- Mece su cuerpo
- Ríe o llora sin haber motivos
- No existe imitación
- Evita la mirada y el contacto
- Sólo quiere llevar los mismos objetos o hacer las mismas cosas
- No le interesa relacionarse con otros niños
- Evita el contacto social y, a veces, se comporta de forma agresiva
- No buscar integrarse a grupos y prefiere estar junto a los adultos
- No habla ni busca otras maneras de comunicarse, no usa gestos o mímicas
- Cuando ve un objeto, se fija sólo en un detalle de éste
- Realiza movimientos repetitivos
- Se jala y toca las orejas frecuentemente
- Sólo se comunica con señas o gestos